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¡Yo soy responsable…
Cuando cualquiera, dondequiera,
Extienda su mano en busca de ayuda, quiero que la mano de A.A.R.A.
Este siempre allí. Y por eso: Yo soy responsable!
Margarita y Alejandra fueron adictas a las relaciones afectivas. Aunque ellas prefieren no dar sus verdaderos nombres, están convencidas de que al trasmitir su mensaje otras mujeres podrán dejar la obsesión de sentirse disminuidas, si no cuentan con la presencia de un hombre en sus vidas.
“Una adicta al amor es una mujer que no sabe poner límites, que está dispuesta a darlo todo en una obsesión por tener el amor de un hombre, que siempre quiere transformar”, asegura una de las entrevistadas por Radio Santa Fe.
Sin embargo, como en toda adicción, el primer paso es aceptar que se posee un problema. “La base de la enfermedad es la negación”, por lo que si una mujer no reconoce su imposibilidad de ser feliz con ella misma, no podrá avanzar en el camino de la rehabilitación.
El amor se considera una adicción cuando la vida se vuelve ingobernable. “Es algo que te hace daño, que tú no quieres, pero no puedes dejar”, dice Margarita.
De acuerdo con Robin Norwood, escritora de libros que ayudan a quienes sufren de esta adicción a desapegarse del otro, “una adicta a las relaciones afectivas tiene miedo a la soledad, al abandono, porque lo ha vivido de alguna forma en el pasado”.
Alejandra manifiesta que cuando se sufre de dependencia al amor, se vive con incapacidad, con intolerancia, sufriendo mucho pero sin poderlo solucionar. “En mi está la incapacidad, un dolor por no poder cambiar al otro”, añade.
Por eso, ellas junto a otras mujeres han creado un grupo de apoyo conocido como Adictas Anónimas a las Relaciones Afectivas, una comunidad de donde comparten su mutua experiencia, para resolver el problema común y ayudar a otras a recuperarse de la adicción al amor.
“El único requisito para ser miembro de A.A.R.A. es querer recuperarse de esta enfermedad. Para ser miembro de A.A.R.A. no se pagan honorarios ni cuotas, nos mantenemos con nuestras propias contribuciones”, aseguran estas dos integrantes, que han encontrado en esta alternativa una manera de dejar su adicción.
Desde el anonimato, estas mujeres cuentan su historia con la esperanza que otras se recuperen de su adicción al amor, para que sean libres de sentir y vivir sin ataduras, sin necesidades insatisfechas, y descubran que la única persona que merece toda su atención son ellas mismas.